10 COSAS QUE CAMBIAN TU CEREBRO
Tomado de El Pais
Usando las más avanzadas técnicas de neuroimagen, la ciencia ha identificado algunas actividades que modifican nuestro cerebro para siempre, ya sea cambiando su estructura, aumentando y reduciendo su tamaño, o alterando su bioquímica. Seleccionamos una decena de ellas.
Dormir mal
Si duermes poco o mal tu cerebro encoge. Así de drástica es la conclusión a la que llegaron el año pasado Charles E. Sexton y sus colegas de la Universidad de Oxford (Reino Unido) tras estudiar con resonancia magnética la relación entre la mala calidad del sueño y el volumen del seso. Los resultados, publicados en Neurology, mostraron que tener dificultades para dormir está ligado a una reducción veloz del volumen cerebral al envejecer. Y que esa merma afecta a áreas tan importantes como los lóbulos temporales, parietales y frontal, donde entre otras cosas residen el lenguaje, el tacto, el equilibrio, la capacidad de cálculo matemático o la toma de decisiones.
Leer novelas
“Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”, sentenciaba Jorge Luis Borges. Y la neurociencia ha demostrado que, al menos a nivel cerebral, el escritor argentino estaba en lo cierto. Ciertas estructuras cerebrales se transforman cuando leemos.Las conexiones de las neuronas del lóbulo temporal izquierdo, vinculado al lenguaje, y las del surco central del cerebro, relacionado con las sensaciones físicas motoras, aumentan tras la lectura de una novela de ficción como “Pompeya”, de Robert Harris, según un estudio del que se hacía eco la revista especializada Brain Connectivity. Y otro trabajo dado a conocer en Psychological Science sugería que devorar las obras de Frank Kafka y de otros autores surrealistas crea nuevos patrones cerebrales que nos hacen más inteligentes.
Los videojuegos de acción
Meditar
Practicar deporte
El dolor crónico
Por muy bien que afronte un enfermo con dolor crónico el sufrimiento físico permanente, a la larga su cerebro se resiente. Las alteraciones más importantes se producen en las conexiones neuronales de una zona de la corteza frontal vinculada a la gestión de las emociones. «Si sientes dolor veinticuatro horas al día, siete días a la semana, hay áreas de tu cerebro que se mantienen constantemente activas», explica Dante Chialvo, fisiólogo de la Universidad Northwestern (EE UU) coautor de una investigación que publicaba The Journal of Neuroscience. Y cuando las neuronas están a tiempo completo en ‘modo on’ se trastornan o incluso mueren porque no pueden resistir la falta descanso. El resultado es queel cerebro cambia y se daña para siempre, y aparecen trastornos del sueño y dificultades serias a la hora de tomar decisiones
Aprender cosas nuevas
Los cigarrillos
A la hora de valorar los efectos del tabaco sobre la salud no solo habría que tener en cuenta qué implica para los pulmones. La dependencia de la nicotina también trastoca la química cerebral. Es la conclusión a la que llegaron científicos alemanes de la Universidad de Bonn tras estudiar los cerebros de 43 fumadores con espectroscopia resonancia magnética de protones, una técnica permite analizar los metabolitos cerebrales. Los enganchados a la nicotina tenían menos cantidad de aminoácido N-acetilaspartato (NAA) en la corteza cingulada anterior, la parte del cerebro que procesa el placer y el dolor.
Lo preocupante es que bajos niveles de NAA se han vinculado con trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia o la demencia, así como con una tendencia al abuso de drogas. La colina, una molécula esencial para el funcionamiento del corazón y del cerebro, también está reducida en los fumadores. La buena noticia es que estos cambios químicos se revierten varios meses después de dejar de fumar.
Hacer malabarismos
Acumular muchas grasas
Acumular más grasa de lo que resulta saludable no solo pone en jaque al metabolismo, aumentando el riesgo de problemas cardíacos, hipertensión y diabetes. Demasiados michelines también pueden ser perjudiciales para la salud cerebral. Un estudio del que se hacía eco la revista Annals of Neurology indicó que cuanto mayor es el Índice de Masa Corporal (IMC), una medida que asocia la altura y el peso, mayor es el riesgo de que el cerebro encoja al envejecer y de que seamos víctimas de la demencia o la enfermedad de Alzheimer.