En el centro de Miami, entre los rascacielos que se levantan sobre la
bahía, la nueva torre de la arquitecta Zaha Hadid domina la escena con una
curvada estructura que envuelve el edificio como el exoesqueleto de un
crustáceo.
La torre futurista es el único edificio residencial con helipuerto en el
centro de Miami y su construcción es, además, un tributo a Hadid.
La arquitecta británico-iraquí, quien fue la primera mujer en ganar el
premio Pritzker (el Nobel de la arquitectura), falleció en Miami en 2016, a los
65 años. Por entonces, la obra del edificio llamado One Thousand Museum estaba
cerca del octavo nivel.
"Sentíamos el gran deber de asegurarnos de lograr bien este
proyecto en particular porque Miami era su segunda casa", contó Chris
Lepine, quien tras el fallecimiento de Hadid asumió la dirección del proyecto
de 300 millones de dólares en esta ciudad de Florida, en el sur de Estados
Unidos.
"Ella pasaba mucho tiempo aquí, tenía muchos amigos", dijo.
Hadid ganó además dos premios Stirling, el mayor honor arquitectónico de
Gran Bretaña, y fue nombrada "una de las mujeres más influyentes del
mundo" por la revista Forbes.
Entre sus proyectos más aclamados están el aeropuerto internacional de
Pekín-Daxing y el Centro Acuático de Londres para los Juegos Olímpicos de 2012.
Pero la curvilínea torre One Thousand Museum, que comenzó a construirse
en 2012 y empezó a recibir a sus primeros residentes hace seis meses, es la
joya de la corona para el estudio Zaha Hadid Architects, basado en Londres.
"Queríamos asegurarnos de dejar esta referencia de sus
logros", dijo Lepine a la AFP.
El edificio de 62 pisos, 84 unidades y 216 metros de altura tiene dos
piscinas, un bar y un helipuerto, entre otros lujos.
En el gimnasio, la llamada "escalera-tornado" es a la vez un
mostrador de recepción que sube en un solo gesto espiralado al spa del piso
superior.
La magnífica vista desde los apartamentos sobrevuela el parque del Pérez
Art Museum, recorre la bahía de Biscayne, atraviesa la isla barrera de Miami
Beach y alcanza el Océano Atlántico.
La curva era una de las obsesiones de Hadid, en oposición a los rectilíneos
edificios que rodean al One Thousand Museum.
"Hay 360 ángulos", dijo Lepine, parafraseando a quien fuera su
jefa. "¿Por qué usar sólo uno de ellos? ¿Por qué sólo 90 grados?".
- Un edificio orgánico -
El exoesqueleto del edificio, como lo califican los arquitectos, fluye
sinuosamente desde la base hasta la cima y parece hundirse por momentos entre
los ventanales de vidrio de la torre.
Esa estructura es su principal característica. Está formada por
secciones de concreto reforzado con fibra de vidrio (GRC) y no actúa como un
capricho estético, sino que permite jugar con espacios más abiertos en el
interior y liberarlos de excesos de columnas.
La técnica de "encofrado
permanente" que utilizó el estudio consiste en vaciar cemento en carcasas
de GRC que luego no se descartaron, sino que fueron terminadas y acopladas
entre sí para formar las ondulantes columnas.
"Para nosotros, el exoesqueleto es una expresión real de cómo la
arquitectura puede sintetizarse con la estructura en una expresión general muy
elegante", dijo Lepine.
La flexibilidad y el terminado del material le da al edificio un aspecto
orgánico que deja la impresión de visitar las entrañas de un cuerpo viviente.
Las aberturas que ventilan los estacionamientos de los pisos bajos se abren
verticalmente en formas curvadas, como branquias.
One Thousand Museum fue desarrollado por Louis Birdman, Gilberto Bomeny,
Gregg Covin y Kevin Venger.
Los precios arrancan desde 5 millones de dólares y llegan hasta unos 24
millones para las unidades que ocupan todo un piso en los niveles superiores.
Sus compradores vienen de unos 20 países, y actualmente solo queda un puñado de
apartamentos disponibles.
"Tiene todos los elementos de un edificio residencial, pero
configurados de una manera muy, muy inteligente, muy creativa y en una forma en
que se destaca de los demás edificios de aquí", dijo Lepine.